lunes, 11 de enero de 2010

TABAQUISMO Y DOBLE MORAL

Según una encuesta de Metroscopia del mes de Enero y publicada por el diario El País el domingo día 10, en España hay un 56% de ciudadanos que apoyan decididamente la ley antihumo, por otro lado, la rechazan un 42% de los encuestados.
En esta misma encuesta, se publican los resultados por votantes de los grandes Partidos Políticos, el PP y el PSOE; En el PP los resultados son: 34% a favor y 33% en contra, en cambio, los votantes de PSOE se muestran mayoritariamente a favor, de forma que se empieza a escuchar por parte de la Comunidad Autonoma algunos argumentos para matizar la ley, amparándose en que la cuestión de respirar humo en los bares pertenece al ámbito de la " libertad individual".
Hay que recordar que la Comunidad Autónoma de Madrid, ya desactivo, en la practica, la anterior ley, dejando que los bares pudieran decidir si admitían o no fumar.
Llama la atención que ningún Partido Político mayoritario, ni PP ni PSOE enfoque el problema desde otro punto de vista, la prohibición de la venta de tabaco.
Por un lado nos dicen que los fumadores no pueden alegar la libertad individual como razón para oponerse a esta Ley, porque la libertad del fumador esta anulada por su propio habito de fumar, por otro lado, cave recordar que este habito a sido adquirido por el consumo de un producto legal, distribuido por una empresa con parte de su patrimonio en manos del Estado ( es decir, en manos del Partido de turno en el poder) y cuyo precio esta formado en su mayoría por impuestos que llenan sus arcas.
¿ Se puede argumentar entonces,que el Estado, cualquiera que sea el Partido que gobierne, esta anulando la libertad del ciudadano con el añadido del robo de su dinero?, en consecuencia,¿habría que denunciar al Estado por coacción y estafa ?, ¿ porque si el tabaquismo perjudica tanto a la salud, generando muchos enfermos y suponiendo un gran coste para la Seguridad Social ( cosa con la que personalmente estoy totalmente de acuerdo) no se prohibe su venta directamente?.
Resulta obvio la doble moral con que el asunto del tabaquismo es tratado por unos y otros.

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